Día de Muertos – México (ver vídeo)

La Unesco ha declarado esta festividad Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, celebración con fuertes raíces prehispánicas, sus orígenes en México son anteriores a la llegada de Cristobal Colon a las américas. Hay registro de celebraciones en las etnias mexica, maya, purépecha y totonaca.


Celebración de origen prehispánico que honra a los difuntos el 2 de noviembre, comienza el 1 de noviembre, y coincide con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.

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Los rituales que celebran la vida de los ancestros se realizan en estas civilizaciones por lo menos desde hace tres mil años. En la era prehispánica era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.

La festividad que se convirtió en el Día de Muertos, se conmemoraba el noveno mes del calendario solar mexica, cerca del inicio de agosto, y se celebraba durante un mes completo.

Las celebraciones dedicadas a los niños y las vidas de parientes fallecidos, eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la “Dama de la Muerte” (actualmente relacionada con “la Catrina”, personaje de José Guadalupe Posada y bautizada por Diego Rivera) y esposa de Mictlantecuhtli, Señor de la tierra de los muertos.

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Miles de mexicanos y cantroaméricanos rinden honores a sus antepasados. Las coloridas ofrendas dedicadas a los muertos en casas, sobre las tumbas de los cementerios o en las plazas y centros culturales, invaden México, Centroamérica y muchas comunidades de los Estados Unidos.

Para los antiguos mesoamericanos, la muerte no tenía las connotaciones morales de la religión católica, en la que las ideas de infierno y paraíso sirven para castigar o premiar. Por el contrario, ellos creían que los rumbos destinados a las almas de los muertos estaban determinados por el tipo de muerte que habían tenido, y no por su comportamiento en la vida.

Toda latinoamérica hoy esta con ustedes y con la memoria de nuestros pueblos originarios que tenían un forma de convivir con la “muerte” muy diferente a las costumbres occidentales de origen judío – cristianas.

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