Este es un mensaje que mandé en 2001 a la red Caldas, lo encontré por casualidad en un archivo de la misma red. En ese momento se estaba produciendo un discusión que, a pesar de su importancia no trascendió del estrecho ámbito de quienes trabajan con Internet y que además tienen algún interés en que Colombia prospere.
Llego un poco tarde a la discusión sobre el dominio «.co» pero espero que aun tenga sentido.
He leido las intervenciones y creo que lo que queda claro es que la Universidad de los Andes está decidida a comercializar «su» dominio.
Para mí, la pregunta primera tiene que ser ¿de quién es el dominio «.co»? la respuesta más acertada de las que se han hecho es: de la nación colombiana, si el dominio es de cualquier otra entidad, no importa si es pública (como Colciencias) o privada (como los Andes) no hay nada de que hablar, que el dueño haga con eso lo que se le venga en gana.
Pero si el criterio básico es que el dominio es un recurso público – como entiendo que es- entonces el asunto amerita una discusión mayor.
Y sobre ese criterio creo que se amerita una discusión pública e incluso una acción judicial que impida a la Universidad de los Andes comercializar algo que no es de ella.
Ya se han expuesto ls argumentos sobre cómo la Universidad se apropió del dominio y se ha establecido (esperemos) la buena fe que ha guiado la gestión que la Universidad ha hecho del dominio en casi 10 años. Lo que yo si no creo es que «sin la gestión de la Universidad no hubiera Internet en Colombia» pero esa es otra discusión que no quiero introducir acá.
A mi modo de ver los pasos a seguir (no en la red caldas sino en la sociedad colombiana) son los siguientes:
1. Hay que parar todas la acciones que la Universidad esté realizando hasta que no se aclare la propiedad y la política pública con respecto al manejo del dominio colombiano. Yo creo que la única forma de obligar a la Universidad a detener ese proceso es a través de una demanda o acción jurídica (no sé cuál, pero lo averiguaré).
2. Hay que hacer un estudio completo de la forma en que se están manejando los dominios de país y de las políticas de la IANA sobre este asunto, así como de los aspectos de derecho internacional relacionados. También es necesario averiguar la normatividad nacional sobre el tema (que me temo que no existe) y por supuesto hay que entender cuáles son las condiciones contractuales bajo las cuales Los Andes se hizo «dueña» del dominio.
3. A partir del debate público se debe generar la normatividad que determine la forma en que se va a usufructuar este recurso. Sólo entonces se puede hablar de permitir comercializarlo.
En mi opinión dentro de una economía de mercado la explotación de este recurso no se puede hacer a través de un monopolio. Si bien los Andes no ha permitido la proliferación de «cyber-okupas» que se apropian de los dominios de otros nombres, la gestión deja por lo menos algunas dudas. En Estados Unidos (sería más exacto decir a nivel global, pero ocultaría el hecho de que son lso gringos los dueños de los dominios) con los dominios de nivel superior, también hubo durante muchos años un monopolio privado de Internic, hasta que la presión de los interesados en participar hizo que apareciera una legislación que abrió el mercado, hoy en día uno puede comprar dominios «.com», «.net», «.org» no solo en Estados Unidos sino a proveedores de otros países.
Pero es importante notar que los dominios «.gov» y «.mil» nunca han estado en manos privadas y que los dominios «.edu» se manejan también con otras políticas. No tengo muy claro este punto pero estoy seguro que no se puede comprar el dominio «los_andes.edu»
A mí siempre me ha sorprendido que las entidades públicas tengan que pagarle a la Universidad de los Andes por tener dominios «.gov.co» (eso sin contar que me parece ridículo que se haya adoptado «.gov» y no por ejemplo «.gob» como lo hicieron los mexicanos. De otra parte a mi negocio le convendría mucho más que existiera el dominio «.ong.co» por ejemplo y no solamente el «.org.co», también sería interesante que se hubieran inventado un dominio de segundo nivel diferente para los colegios que para las universidades. En fin, lo que quiero decir es que lo que ha pasado es que la gestión del dominio había sido hasta ahora bastante tímida, muy conservadora y sin intentos por innovar (condiciones comunes en un monopolio dirían algunos analistas).
Pero ante la oportunidad de un importante negocio, la Universidad dejó ver sus verdaderos intereses. Insisto, el debate es importante y es necesario parar cualquier acción de la Universidad hasta que no se tomen decisiones de políticas públicas sobre este asunto. Como si esto fuera una democracia 😉
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