Omar Rayo, el pintor errante

Rayo un hacedor de imágenes, de pasión, de fantasías, de generosidad, de amor y color dijo: “Quiero que me recuerden como un creador, como lo que soy. Quizás, una persona amargada; quizás, como una persona simpática; quizás, como una persona de buen humor. No sé cómo la gente me interprete; pero, la verdad es que yo amo la gente y no tengo rencores contra nadie…”

Nació el 20 de enero en 1928, en Roldanillo, Valle del Cauca, Colombia; desde temprana edad evidencia el gusto por las artes plásticas, realizando pinturas en los muros de su ciudad natal; desde allí estudia dibujo por correspondencia en la Academia Zier de Buenos Aires.

En 1947, con su titulo de dibujante, empieza su carrera profesional en Cali (Valle del Cauca) trabajando como caricaturista e ilustrador en varias revistas; dibujando e ilustrando para diversos periódicos y revistas, comenzó a impulsarse y promoverse en el mundo artístico de la ciudad; inicia estudios en la Escuela de Bellas Artes, en la cual le dijeron: “usted ya no tiene nada que aprender aquí”, y motivado por sus excelentes trabajos y ayudado por su amigo Álvaro Mutis, parte hacia Bogotá y conecta con la intelectualidad, como Jorge Zalamea, Luis Vidales y León de Greiff, inicia su profesión como ilustrador y caricaturista de los principales diarios y revistas del país como el Tiempo, el Espectador, El Liberal y Cromos; la revista Semana lo contrató para hacer portadas, recibió un importante apoyo del periódico el Siglo como caricaturista oficial de la IX Conferencia Panamericana en Bogotá.

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En 1952 edita un álbum con veinte caricaturas de personajes célebres Simón Bolívar, Mariano Ospina Pérez, Alberto Lleras, Laureano Gómez, Porfirio Barba Jacob. El Papa Pío XII, el Cardenal Micara, Winston Churchill, la Sra. Roosevelt, Mahatma Gandhi, Manolete, Charles de Gaulle, Henry Wallace, Ramón de Valle-Inclán, Miguel de Cervantes Saavedra, Beethoven, Hiro Hito y Cantinflas, entre otros.

En 1953 rechaza una beca para estudiar pintura en la Escuela de San Jerónimo de Madrid, ofrecida por el Embajador de España y decide ir de viaje por varios países latinoamericanos donde el maestro aprovechó para aprender y nutrirse de nuevas técnicas y tendencias trabajando como aprendiz en los talleres de renombrados pintores, a la vez que exponía sus obras en los museos y galerías de arte de las ciudades que visitaba; en palabras de Rayo: “Sí, él quería ayudarme con ese ofrecimiento, pero en ese momento yo sabía que primero debía conocer a mi madre que a mi abuela. Así se lo hice saber y me sacó enfurecido de su oficina, pues realmente mi necesidad primordial era aprender y vivir esta América Latina, y no terminar siendo un copista de clásicos europeos plegado a los inútiles programas universitarios. Decidí entonces mi camino, y del 54 al 59 fui un trotamundos que se dedicó a recorrer el continente, en barco, en automóvil, a pie, e incluso en hidroaviones”; en esta travesía se relaciona con intelectuales y escritores reconocidos como Pablo Neruda y Jorge Amado.

De regreso conoció las técnicas de pigmentos y tintes de los indígenas del amazonas inspirado en el particular arte precolombino de los Mayas y los Incas de dónde provino su tendencia artística hacia el arte geométrico. Del maestro estas palabras: “Recuerdo vívidamente el impacto de haber visto una tarde camino a La Paz por primera vez la nieve. Caía escarcha y yo la contemplaba con los ojos maravillados. Me hacía feliz saber que Suramérica lo tenía todo. Después, al llegar a Manaos me dirigí a la comunidad amazónica de los indios Bananao donde pasé dos semanas. Me impactaron sus cuerpos tubulares y tatuados. Aprendí de ellos la técnica de rodillos de cerámica para imprimir, inventada en tiempos inmemoriales por un Gutenberg precolombino«.

En 1959 recibió una beca para estudiar en Ciudad de México, ciudad en la que trabajaría en un taller de grabado llamado La Esmeralda, allí conocé como aprendices a los que luego serían figuras prominente del arte mexicano: Francisco Toledo y José Luis Cuevas; para 1960 recibe la Beca Guggenheim de Nueva York, donde estableció su residencia hasta el año 1976. Fue en este período cuando recorrió con sus obras los más importantes escenarios artísticos norteamericanos y europeos, como la Primera Bienal de Grabado Latinoamericano de San Juan de Puerto Rico y la Bienal de Sao Paulo, uno de los encuentros más importantes en el mundo del arte.

Entre la década del 70 y del 80 es cuando realiza los trabajos artísticos mas fructíferos y originales con una particular forma de grabado denominada los intaglios, que inicialmente eran la creación de relieves sobre el papel y más tarde sobre placas de cobre; tal vez los intaglios más relevantes sean «Lazos para atar la salas de un ángel«, «Punto cardinal» o «Caliente«, donde se percibe toda la grandeza artística y poética del autor, su personalidad y su fuerza creativa; también el «Madison Avenue”, inspirada en la vida citadina y moderna que a su vez plantea una punzante crítica al estilo de vida neoyorquino; si pudiéramos resumir la obra intaglios de Rayo diríamos: «son una serie de piezas que entretejen el placer estético sensible al ojo, con la ironía y el humor, que sólo pueden nacer de la genialidad, propicio para aquellos espectadores que piden más que simple belleza”.

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Pero es en la pintura donde se expresa con mas elegancia belleza y colorido su arte geométrico, su amor por las líneas, las cintas y los nudos que se entretejen formando un laberinto de infinitos caminos, presentando un juego óptico de tridimensionalidad en espacios planos, que no puede ser juzgado de abstracto, una técnica inspirada en el arte precolombino, que ha marcado su impronta a nivel mundial, inconfundible destreza que cualquier persona en cualquier parte del mundo al observarlas dice: ahí está pintado Rayo!

Museo RAYO

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La idea de construir un museo en Roldanillo surgió en 1972 cuando la ciudadanía y la administración local rindieron homenaje al maestro Omar Rayo; en ese evento se hizo pública la donación de un terreno, por parte de la alcaldía municipal para la construcción “de un sitio de interés cultural o recreativo”, terreno que antes ocupara la Plaza de mercado. Con esta donación y el ofrecimiento del artista de entregar dos mil de sus cuadros, además de quinientas obras de diferentes artistas latinoamericanos de su colección personal, se creó la Fundación Museo Rayo, entidad que gestionaría y recaudaría los fondos necesarios para la construcción del Museo. El “Museo Rayo de Dibujo y Grabado Latinoamericano” o más conocido como “Museo Rayo” se financió con aportes del Gobierno Nacional, del Departamento del Valle del Cauca y del Municipio de Roldanillo; también se contó con la participación de la empresa privada y del mismo artista. A finales de 1980 se terminaron los trabajos arquitectónicos del Museo, y su inauguración se hizo el 18 de enero de 1981. Por sus salones han pasado las obras de artistas como Goya, Picasso, Miró, Botero y José Luis Cuevas. El museo cuenta además con una biblioteca, un taller de artes gráficas, sala de proyecciones y un teatro al aire libre.

Adicionalmente en sus claustros se celebra el encuentro anual de poesía, evento fomentado por “Ediciones Embalaje” que publica lo mejor de la poesía regional y nacional; tanto el evento de poetas como la publicación, han sido fundados por Águeda Pizarro esposa del pintor y reconocida poeta.
Además del museo y su producción artística Rayo ha incentivado la cultura y el arte así en 1983 inauguró el proyecto «Arte Vial» con motivo de la cumbre de países no alineados en Colombia con la participación de artistas internacionales.

La obra gráfica y pictórica:

La obra gráfica se identifica por la tridimensionalidad en espacios planos, es una de las más independientes, seguras e importantes producidas en la segunda mitad del siglo XX; Rayo es al mismo tiempo pintor, grabador y escultor, se podría ubicar su obra como el juego de mezclar dos tendencias, lo figurativo y lo abstractivo.

En palabras de Octavio Paz a quien conociera en México, «Omar Rayo es el artista de la sensibilidad geométrica, de la poesía en la línea«.

Líneas artísticas:

El dibujo, la ilustración y la caricatura: eran hechas en acuarela y lápiz de color sobre papel.

El maderismo: para estas creaciones siempre usó como soporte el papel, utilizando lápiz de color y acuarela para su ejecución y en ellas imitaba bloques y trozos de madera atornillados que daban la impresión de ser bocetos para esculturas.

El Bejuquismo: este tipo de arte se reemplazaba los trozos de madera de sus retratos, por los elementos vegetales como bejucos, ramas y lianas que parecen cobrar vida humana.

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Grabado: los intaglios es una técnica estilística muy especial de grabados en relieve; son elaborados por medio de planchas de cobre de cuatro a cinco centímetros de espesor, que se barnizan con gruesas capas de pintura para impedir la acción total del baño de ácido nítrico y dejen al descubierto el espacio del grabado. Ya grabada la pieza, imprime en papel ligeramente humedecido formas en relieve. Los primeros intaglios nacen en blanco sobre blanco, y a partir de 1969 se llenan de color.

Pintura: El maestro Rayo se ha dedicado a la figura geométrica sin ser abstracto, pues en su estilo original con imágenes claras, pinta objetos concretos. El es un artista geométrico-óptico, que ama los cuadros, los rectángulos y las líneas en zig zag. Sobre el color el maestro opina: «En mi caso los colores puros son letras de un alfabeto que me pertenece. Entonces, el color es una redundancia, me quedo con la cosa pura, con la cosa directa y elemental«. En síntesis su obra plástica podría pertenecer al grupo de los abstractos por su trabajo sobre tela y al mismo tiempo podía pertenecer al grupo de los figurativos por sus intaglios, donde representaba elementos de la vida real.

Esculturas: Las esculturas de grandes proporciones son uno de sus fuertes. En 1996 instala una escultura metálica de ocho metros en la ciudad de Cali y en 1997 instala otra de seis metros en Sevilla, ambas ciudades del Valle del Cauca en Colombia.

Recorrido Artístico:

El pintor y grabador colombiano ha participado hasta hoy en más de 200 exposiciones individuales y colectivas realizadas en: España, Noruega, Perú, Brasil, Italia, Chile, México, Puerto Rico, Venezuela, Panamá, Ecuador, Cuba, Hungría, Polonia, Alemania, Costa Rica, Francia, Japón y Estados Unidos.
Omar Rayo falleció el 7 de junio de 2010, dejando un legado que nos acompañará por siempre; sus restos descansan en su querido pueblo Roldanillo – Colombia.

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