Productos gráficos que se sienten

De nuestros cinco sentidos el tacto es del que menos se habla y con frecuencia se olvida, pero el tacto es el sentido que puede darnos sensaciones más profundas, si se quiere menos racionales: piense en una caricia. El tacto es el único sentido que requiere con-tacto físico para ser usado.

Hace un tiempo se viene pregonando que el advenimiento de la era digital y de las comunicaciones en línea hará que los materiales impresos desparezcan. Sin embargo las estadísticas contradicen esa predicción, cada día aumenta en el mundo la cantidad de materiales impresos. ¿Por qué ese aumento de los productos impresos cuando se supone que todo se puede tener en pantalla? Por el tacto.

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El medio impreso permite dar la sensación de tomar posesión física del contenido de una manera que las pantallas no lo permiten. Esta experiencia sensual es la ventaja competitiva de los impresos en la era digital, la posibilidad de tocar y ser tocado por el impreso es lo que lo hace real, en oposición a la virtualidad de los medios digitales y en línea.
Para cadena productiva de la industria de la comunicación gráfica mantener esta ventaja competitiva implica afrontar varios retos, de una parte el inocultable crecimiento de la comunicación virtual a través de medios electrónicos, de otro lado el hecho que cada vez es más fácil y barato para el consumidor final hacer sus propias impresiones de calidad en impresoras caseras o de oficina de bajo costo y finalmente la innegable contribución de la industria, en especial de la productora de papel, a la crisis ambiental.

Las respuestas a estos retos están basadas en dos grandes ejes: calidad y productividad. Una mejor impresión en un menor tiempo es uno de los elementos claves para mantener esa posibilidad de poner un “toque” personal a las comunicaciones que le dan los materiales impresos. Si ello se agregan otras ventajas de la tecnología disponible actualmente, como la posibilidad de impresiones personalizadas uno a uno o de impresiones por demanda, lo resultados pueden ser espectaculares.

Tomemos el caso del correo comercial, las empresas hoy en día no se pueden dar el lujo de enviar millones de cartas para tener una respuesta de un 5%, los costos de producción, pero sobre todo de distribución de estos materiales pueden ser inmensos y ninguna empresa hoy en día está dispuesta a afrontarlos. En la producción de libros y revistas se podrían encontrar ejemplos similares, no solo hay una apuesta por lograr mejores resultados con menores recursos sino también con impactos ambientales menores, producir papel para que se arroje a la basura incluso sin leer no es ecológicamente adecuado.

Y es que precisamente el papel es uno de los elementos claves para la producción gráfica, pero que la industria parece haber olvidado en los últimos años. Se cuenta con una oferta de papeles económicos con estándares de calidad bien conocidos y en los cuales se puede confiar, así que la industria pareciera haberse quedado solo en ellos.
Pero si se quiere mantener la ventaja competitiva y la relación sensual con el consumidor final es necesario volver a pensar en el papel. En Europa se considera que el papel le da una tercera dimensión, la táctil al diseño que no puede escapar de lo su plano bidimensional. La combinación de los elementos de diseño: tipografías, colores, ilustración… con la textura, la densidad, la sensación del papel son la única forma en que el impreso adquiere volumen, tercera dimensión. Incluso están disponibles tecnologías que permiten tener experiencias olfativas y sonoras también con el papel.

Varios estudios demuestran que el tacto es un sentido central a la hora de tomar una decisión, muchas personas no compran lo que no pueden tocar. También se ha encontrado que es 10 veces menos probable que una persona bote a la basura un material impreso que encuentra bello y que parte de la belleza la evalúa en la sensación al tacto.

Por eso cada vez más los diseñadores gráficos y de empaques, los impresores y sus clientes en general recurren a papeles especiales para imprimir sus mensajes o empacar sus productos. Algunos analistas afirman que ahorrar en papel es una forma segura de botar el dinero, en la medida en que los productos de baja calidad tienen menos oportunidad de impactar al público.

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La toma de decisiones para comprar casi nunca es un proceso muy emotivo y es necesario estar seguro que se transmiten las emociones no solo a través de un atractivo diseño gráfico sino también a través de sensaciones táctiles agradables.

Con frecuencia cuando se piensa en un impreso o un empaque se considera sólo la primera parte de su ciclo de vida, pero estos productos no solo están hechos para estar en el aparador, deben ser lo más duraderos posibles, cada vez más livianos (piense en el costo del correo comercial), y deben cumplir con todos los estándares para la impresión de alta tecnología contemporánea, pero como si esto fuera poco también deben ser amigables con el medio ambiente. Densos, ligeros, durables y reciclables son las características que los productores de sustratos de impresión están buscando para sus productos.

Es importante notar el término sustrato de impresión porque estas condiciones no solo se aplicarán a los papeles sino a muchos otros sustratos, incluso se están considerando formas para eliminar los papeles basados en celulosa y cambiarlos por otros materiales que cumplan con las cuatro condiciones mencionadas y que además sean “tocables”.

Se espera que el tema de los sustratos de impresión sea uno de los tópicos centrales de la discusión en la próxima Drupa, la feria mundial de la industria de la comunicación gráfica, como lo muestran los textos que se han publicado en los boletines preparatorios que se han presentado hasta hoy, algunos de los cuales fueron consultados para desarrollar este artículo.

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