Desde que nació hace 28 años, Bojana Danilovic ha visto el mundo de una manera única y desafiante. Esta joven serbia, economista de profesión, vive con un extraño tipo de tumor cerebral que hace que su cerebro perciba todo de manera invertida. Para ella, lo que vemos como «normal» está patas para arriba, una situación que nos recuerda a los cuentos surrealistas de María Elena Walsh en «El Mundo al Revés«.
Bojana comenzó su vida de manera inusual, gateando hacia atrás y dando sus primeros pasos en la misma dirección, hasta que sus padres lograron corregirla. Sin embargo, su singular percepción del mundo permaneció. Ver el diario, la pantalla de la computadora o cualquier otra cosa, todo está invertido para ella.
A pesar de esta peculiaridad, Bojana nunca dejó que su condición la definiera negativamente. «Puede parecer increíble para otras personas, pero para mí es completamente normal. Nací así. Sólo cambia mi forma de ver el mundo», explicó en una entrevista a medios serbios. Su historia es un verdadero ejemplo de voluntad y determinación.
Durante años, Bojana no comprendía por qué su mundo estaba al revés hasta que un grupo de médicos expertos de la Universidad de Harvard analizó su caso. Descubrieron que el origen del problema era un pequeño y extraño tumor que afecta la orientación espacial de su cerebro, haciendo que las imágenes sean interpretadas de manera invertida. Sorprendentemente, sus ojos ven correctamente, pero su cerebro las procesa al revés.
A pesar de esta condición, Bojana se graduó en economía, trabaja en la ciudad de Užice y lleva una vida profesional y personal plena. Ha demostrado que, a pesar de las adversidades, se puede construir una vida significativa y exitosa. Lo único que lamenta es que nunca podrá obtener una licencia de conducir, un pequeño inconveniente en su mundo al revés.
La historia de Bojana Danilovic es un testimonio inspirador que refleja cómo, al igual que en «El Mundo al Revés» de María Elena Walsh, las percepciones y experiencias pueden diferir radicalmente de lo común, y aun así, la vida puede ser vivida con plenitud y propósito.
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